Politisía

Escríbeme un texto corto, conciso, no tengo tiempo para leer mucho y quiero llevarme lo máximo a cambio de lo mínimo. Suena a anuncio de supermercado, pero no es eso, es que en este sistema caníbal tanto trabajo sordo ya no me deja tiempo más que para vivir a cápsulas.

El texto ha de encontrarse en la intersección entre la política y la poesía. Exactamente en el centro, bailando. Que esté jugoso y rebose lírica pero al mismo tiempo ofrezca la consistencia de una bala de caucho. Y que apunte directo al ojo de la opresión que nos amansa. Debe hacer estallar neuronas encabritadas como palomitas de maiz en un cazo.

Poesía por lo condensado de sus palabras-perla, que lleven en sí el salitre de muchos mares hecho costra. O por diseccionar fósiles marinos para desnudarlos poco a poco de capas de sensualidad difuminada. Y política… pues porque estamos en guerra, porque nos matan, reprimen y silencian. Porque el privilegio de estar vivas, trabajar y consumir que tenemos no es sino una autopista de cera bajo el sol, que ya se funde.

En el germen bivalvo membranoso donde nace el primer grito, donde florece la carne delgada de la palabra, allí, en la playa de la medusa, politisía.

Playa Medusa

Bienvenida a Playa Medusa. Siéntate, túmbate, estírate, ponte cómoda. Inspira profundo, toma aire con conciencia, dos, tres, más veces… con los ojos cerrados. Este es un lugar dentro de ti y de tu cuerpo, retuerce el cuello hacia ti misma y mírate entrañalmente. Quiero hablarle a tu estómago, a tu barriga, a tu coño. Quiero seducirte, mimarte, pedirte que me mimes. Quiero que tras bañarte en esta playa se te quede la piel con sabor a sal. Después te lameré los brazos, el cuello, el pabellón auricular. Quiero habitar tus humedades y que vengas a vivir a las mías.

Tú y yo como madejas blandas por el juego del oleaje, pescadoras deshaciendo nudos de las redes, encontrando tesoros, cabezas de pescado muerto, escamas de plástico, una bota vieja, un biquini de volantes infantil. Tú y yo como medusas de piel fina, elástica, y cuerpo de mar templado. Electrizantes al tacto y armoniosas al flotar.

Solo pido que me escuches. Que te escuches. Déjame serme y prometo que te seré.