Os cuento que persigo el momento breve eterno
paredes de barro amasadas derretidas agua
en que desplegaremos, por fin
nuestra soberana humanidad liberta en gozo.
Gloria fastuosa de un frágil, raro
equilibrio de carne en dilatación y verbo en labio.
Vente ya pa cá, platero.
Exuberancia animal en el olfato
deshilvanar cuerdas, petar las jaulas
escribirte en código libidinal abierto.
Trabajar la materia con manos en imán
de amor humano que reza y suda
reunir las piezas que se pueden ensamblar
así (manos en bollo).
Funde, licúa, forma, continúa.
Ven con herramientas que tallan y no cortan
la voz es creación efímera de la saliva cincel.
Como te escucho y huelo, tu savia ya está en mi cuerpo.
Y me calma saber que mi voz-baba se te adentra.
Ábreme, por dios, ese impúdico labio inferior tuyo.
Encía en flor arropas con el alma de un tabaco.
Sabes a todo.
Ahora es cosa de subir la intensidad de la conciencia,
dilatar en abundancia el taller de los sentidos
para percibir el metal y la piel que hacen tu boca.
Hazme un amor de madera, carpintero,
esculpe para mí un lápiz
con esas manos
si es que dejo algo más que gotas en las comisuras
cuando te las pille por banda
y me las coma.