No hay estudios científicos que prueben que masturbarse no produce ceguera.
No hay estudios científicos que prueben que con la dignidad de los seres no debe especularse en el mercado.
No hay estudios científicos que prueben que es la cultura lo que nos hace mal, que las pastillas y la arrogancia médica empeoran nuestra enfermedad.
No hay estudios científicos que prueben que las violencias y los abusos están interrelacionados y se sostienen mutuamente en un tejido social discriminador jerarquizado.
No hay estudios científicos que prueben que estamos todas desgajadas y sangramos y hacemos sangrar. Que nos organizamos en una línea creciente de vulnerabilidad para usarnos unas a otras.
Ninguna evidencia de que os necesito crudamente.
Y sin embargo, nada más obvio.
Malhabitamos una deslumbrante oscuridad.
Otra ciencia es posible, otro vivir.