¿Qué son los padres? ¿Y los hijos?

Padres: agente voluntario de socialización no retribuido cuya misión consiste en colonizar la psicología y el cuerpo de los recursos humanos de reciente aparición (también llamados “sus hijos”) para someterlos a una apropiada adaptación al sistema capitalista de subjetividad productiva/consumidora. El proceso tiene una doble vertiente: (1) socialización positiva en normalidad productiva y (2) construcción de las bases de la libertad de demanda.

El empeño en la línea de trabajo (1) tendrá como resultado que el/la niño/a logre obtener un buen producto de sí mismo/a con el que competir en el mercado en las mejores condiciones posibles para su futuro —ficción que debe funcionar como valor prioritario que guíe sus pasos en la vida—. La socialización normalizadora incluye transmitirles férreas corazas de género desde el nacimiento (una blusa rosa entallada con volantes para Carla y una camiseta azul con camiones para Jorge); naturalizar las desigualdades sistémicas (ese pijama que ya no usas vamos a dárselo a los pobres); cultivar un vigía interior sobre la imagen personal (estás fondona/ dónde vas con eso, zarrapastrosa) hasta que el dispositivo sea capaz de funcionar por sí mismo en el interior del sujeto; fiscalizar sus amistades y ocupaciones (esta Virginia ¿no es un poco XXX?/ deja de perder el tiempo con eso); inculcar el apego incondicional a insignias de diferenciación intergrupal como banderas, equipos deportivos, figuraciones religiosas, etc.

De forma paralela a la homologación del producto empleable, el equipo socializador también llamado “familia” debe cultivar una subjetividad de cliente en el joven recurso y nunca frustrar su inclinación natural a la posesión y el apego a los artículos (qué quieres; elige cuál te compro; qué vas a tomar;¡regalos!, ¡más regalos!; ¿quieres kétchup?, ¿un helado? ¡Ahora mismo!).

Con el objetivo de que la primera estapa de gestión del mini-recurso humano sea exitosa, el input emocional por parte de los agentes debe ser limitado. Para unos mejores resultados, la distancia emocional y el training productivo/consumista deben empezar desde el nacimiento y perpetuarse hasta el fallecimiento de los progenitores. En su cometido, los padres y madres no están solos sino que cuentan con el sacrificado apoyo de la institución médica, el equipo educativo, bibliografía experta e incluso la inestimable cooperación espontánea de los viandantes (no lo cojas tanto en brazos que lo malcrías, mujer).

Existen diferencias en el papel socializador del elemento padre, con énfasis el gobierno de las situaciones, control del espacio y los recursos y del agente madre, que transita paralelamente una colonización análoga y se dedica fundamentalmente a funcionar como espejo invertido de todo lo que el padre no debe ser y depositaria de las tareas de que él no debe encargarse.

 

Hijos: extraños seres caprichosos y demandantes extraídos del cuerpo de las mujeres que durante unos años compartirán algunas características con estas (carencia de límites, desafío a la autoridad,  etc.). Cumplen una serie de objetivos a lo largo de su vida útil, desde soporte de accesorios de moda en los primeros meses, a enviados especiales para ponernos a prueba los primeros años. Aunque en ocasiones resultan adorables, se requieren altas dosis de paciencia para aguantarlos. Si la mujer es “el otro”, ellos son “lo otro”, el objeto, lo transportable, manejable y depositable en manos ajenas subordinables (el mayor tiempo posible, por propia salud mental). Generan tanta inquietud que deben ser inmediatamente introducidos en la normatividad, no hay tiempo que perder. Para saber cómo, véase la entrada «Padres».

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s